Mi concepto actual, después de más de 30 años de profesión, es un concepto original e inédito: ¡Pediatría Resolutiva!
Un pediatra normal, bien formado y actualizado, resuelve con una buena historia clínica y una exploración meticulosa el 80% de los casos que recibe. Pero … ¿ y el otro 20%? ¿Qué podemos hacer para disminuir ese 20% y, no solo eso, mejorar nuestra precisión diagnóstica del primer 80%? Les explico brevemente.
Evidentemente en nuestra super especialidad de Respiratorio disponemos, para los pacientes con Asma, o trastornos similares, de pruebas de alergia (en sangre o en piel) y pruebas de espirometría, para valorar la capacidad respiratoria del paciente. Hasta aquí, normal. Veamos en que nos diferenciamos:
Para los pacientes con procesos infecciosos de vías respiratorias altas o bajas disponemos, no solo del test de estreptococo en garganta, sino que hemos incorporado pruebas de diversos virus como son VRS, gripe A y B, y adenovirus, que nos facilitan un diagnóstico preciso; también disponemos de pruebas en sangre para diferenciar bacterias (precisan antibióticos), de virus (no sirven los antibióticos), afinando el pronóstico y el control de la evolución, evitando prescribir antibióticos innecesarios y dando diagnósticos claros a los familiares del paciente.
Nos diferenciamos de otras consultas en la valoración de las neumonías, para las cuales disponemos de un aparato de ecografía que nos facilita el diagnóstico y control del proceso, sin recurrir a pruebas con rayos X. Como gran novedad, para las sinusitis,hemos incorporado un ecógrafo portátil específico, de fabricación finlandesa, que en segundos nos permite valorar los senos maxilares o frontales del paciente.
¿Y para la especialidad de Pediatría?
¿Como se valoran los riñones de un paciente diagnosticado de infección de orina por medio de una tirita? ¿Hay que enviarlo a otra consulta para una ecografía, demorando el diagnóstico preciso? ¿Y ante unos ganglios inflamados en el cuello o una sospecha de sinovitis de cadera? ¿Remitir a otra consulta al paciente y esperar los resultados que nos aporte?
Para resolverlo, con la Pediatría Resolutiva, hemos incorporado la ecografía:
Ecografía Clínica, que nos permitirá conocer datos importantes de esos riñones o de la vejiga del primer paciente, o visualizar los ganglios inflamados o la cadera de los siguientes casos; y además disponemos de todas las pruebas para infecciones que hemos descrito en el párrafo de Respiratorio, que son tan útiles en los procesos febriles de foco infeccioso poco claro, que tan frecuentes son en los niños. Obtener pistas sólidas sobre el origen bacteriano o viral de un proceso febril, nos permite afinar y recomendar con certeza tratamiento antibiótico o, al contrario, contraindicarlo, convirtiendo dudas en certezas diagnósticas y evitando preocupación familiar ante diagnósticos poco contundentes, y que realmente solo son diagnósticos de sospecha.
También disponemos de electrocardiografía para poder valorar una arritmia, un soplo inocente o hacer un chequeo deportivo en la infancia. Y chequeo visual automatizado, en segundos, para detectar ese 5-10% de niños con problemas visuales que pasan desapercibidos para la familia y para un pediatra sin medios diagnósticos específicos.
Todo ello nos permite que casi el 100% de los pacientes que atendemos salgan con un estudio diagnóstico muy preciso, en la mayoría de las ocasiones.
Finalmente otro aspecto esencial de mi concepción de la Pediatría es que la consulta no se termina al salir el paciente del despacho sino que, gracias a las nuevas tecnologías como el What’sApp, mantengo el contacto con el paciente y sus padres hasta que se resuelve su patología.
Por todo ello, si desean consultarme, les doy la bienvenida a mi consulta y mi sistema de trabajo ¡ Pediatría Resolutiva !